Guardianas de los Bosques rugen en la semana del clima de Nueva York

Con cantos y mensajes desde las entrañas de la tierra, las mujeres líderes territoriales del mundo sembramos conciencia en medio del concreto de Nueva York.

Saberes Ancestrales: aportes de los pueblos indígenas

Sara Omi, abogada defensora Emberá y presidenta de la Coordinadora de Mujeres Líderes Territoriales y Briseida Iglesias, fundadora de la Red de Mujeres Bundorgan, fueron las representantes de las mujeres indígenas y de comunidades forestales de Mesoamérica, quienes junto a Levi Sucre, Coordinador AMPB (Bribri, Costa Rica), Pamela McElwee, Profesora en el Departamento de Ecología Humana de la Escuela de Ciencias del Ambiente y Biología de la Universidad Rutgers, autora principal en IPBES y Salina Sanou,​ ​Directora adjunta de IPARD y ​D​irectora ​R​egional para África y Asia en la Fundación Indígena FSC (Moderadora); se pronunciaron en el evento Saberes Ancestrales: aportes de los pueblos indígenas, convocado desde la Alianza Mesoamericana de Pueblos y Bosques (AMPB) con el objetivo de hacer un llamado urgente para que se reconozcan y se pongan en práctica los saberes ancestrales de los pueblos originarios del mundo para restaurar el balance entre el ser humano y la Madre Tierra.

La madre tierra canta, musita y llora también, es un ser vivo que también siente, es nuestra madre, es de donde venimos. El pueblo Guna ama la tierra, ama la naturaleza, los pájaros que cantan son nuestra música, los ríos que suenan son para dormir dulcemente. Nuestros abuelos han vivido y han mantenido estos bosques, donde cada animal tiene su casa, así como el ser humano. Pero si nosotros mismos destruimos la casa de todos, ¿Qué va a pasar en el futuro hermanos? ¿Cómo es posible que este pueblo mate a su madre?

Briseida Iglesias
Sabia Guna, fundadora de la Red de Mujeres Bundorgan

Sara Omi también participó en el evento Mujeres del Territorio: Juntas Sanamos a la Madre Tierra, junto a Cristiane Julião representante de la Articulación de Pueblos Indígenas de Brasil (APIB), Monica Ndoen de la Alianza de Pueblos Indígenas del Archipiélago de Indonesia (AMAN), Aissatou Oumarou de la Red de Pueblos indígenas y Comunidades Locales por el Manejo Sostenible de Ecosistemas en África Central (PEPALEAC) y Yaily Castillo, joven Guna del Movimiento de Juventud y facilitadora de la Escuela Mesoamericana de Liderazgo de la AMPB; con Salina Sanou, Directora Adjunta del Programa IPARD, FSC, Fundación Indígena como maestra de cremonia y moderado por Solange Bandiaky-Badji, Presidenta y Coordinadora de Rights and Ressources (RRI) con el objetivo de compartir las perspectivas de las mujeres de la Alianza Global de Comunidades Territoriales sobre justicia climática, y sus propuesta territoriales de adaptación y mitigación. 

Nuestra madre está rugiendo, está transmitiendo todos esos mensajes que vemos hoy: huracanes, inundaciones, sequías. Y aunque nosotras estamos contribuyendo a las soluciones, somos las primeras afectadas por los fenómenos climáticos que impactan a nuestro territorio. Nuestro bosque está muriendo y si muere perdemos identidad, perdemos cosmovisión, perdemos la casa que debemos asegurar para las futuras generaciones. 

Sara Omi
Presidenta de la Coordinadora de Mujeres Líderes Territoriales

REFORESTAR MENTES Y CORAZONES

Desde modelos de cuidado y aprovechamiento sostenible de los bosques, hasta prácticas ancestrales de medicina y de siembra (como el asocio de cultivos para producir alimentos nutritivos, orgánicos y suficientes), los pueblos indígenas y comunidades forestales tenemos mucho que aportar para crear soluciones conjuntas a la crisis climática global.

El racismo está tan instaurado en nuestras sociedades que se siguen tomando decisiones sobre nuestros territorios sin consultarnos a nosotras y nosotros. Incluso algunas de las apuestas contemporáneas para reforestar introducen especies no-nativas dañinas e invasivas, en lugar de aprender a regenera el ecosistema nativo; y esto es lo que es realmente necesario para preservar la biodiversidad y frenar el avance del cambio climático.

Nosotras somos guardianas de los bosques desde tiempos ancestrales. Sabemos que la preservación no es tarea superflua: es una forma de vida, una práctica cotidiana desde la conexión espiritual, el respeto y la intensión clara en nuestros corazones. Pedimos permiso para entrar en la selva, cantamos para cortar una planta o agradecer las cosechas. Somos expertas en este tema porque es parte de nuestra cosmovisión y ahora hasta hay estudios científicos occidentales que nos respaldan. Pero aún hay un gran puente que construir, grandes brechas que sanjear para que el financiamiento climático realmente llegue a nuestras comunidades y pueblos. Por eso exigimos financiamiento directo para procesos locales de protección y regeneración de los bosques desde los conocimientos ancestrales y con enfoque de género. 

Ejemplo de modelo de manejo forestal comunitario ancestral de los pueblos indígenas de Mesoamérica.

LA MADRE TIERRA SIENTE

La imposición de la agricultura de monocultivos y el uso de agroquímicos a gran escala han erosionado de tal forma los suelos que ya la tierra no logra producir como antes. La tala indiscriminada de árboles por el avance de la ganadería extensiva causa deslaves e inundaciones; pues no hay capacidad de retención en las laderas ni barreras de protección frente a los vientos y lluvias. La minería contamina las fuentes de agua limpia. Las empresas que producen jugos sintéticos sin ningún valor nutricional son responsables de la desertificación pueblos enteros. Podríamos continuar esta lista, son tantos los errores del ser humano que hoy están poniendo en peligro la continuidad de la vida en la tierra. 

Por eso para nosotras la crisis climática global es un llamado, un grito, un rugido de la Madre Tierra que ya no aguanta tanta destrucción e injusticia. 

Aún estamos a tiempo de salvar la vida en la tierra y para eso tenemos que iniciar un proceso profundo de cambio. No hay futuro posible sin el cumplimiento efectivo de los derechos de los pueblos indígenas. Es la obligación de los gobiernos y tomadores de decisión del mundo frenar a las empresas que financian la destrucción del planeta y redirigir esos fondos y energías para mitigar las pérdidas y daños e iniciar procesos globales de sanación de nuestra Madre Tierra. 

Sara Omi y Briseida Iglesias, representantes de la Coordinadora de Mujeres Líderes territoriales en la Marcha del Clima de Nueva York, exigiendo alto a la destrucción del planeta tierra.
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